DA Y RECIBIRÁS
Ayuda al compañero más pobre que
en su compañía la paciencia y la humildad en
los momentos difíciles.
Enseña a quien sabe menos que tú y la sabiduría
te ampliará los méritos culturales por
la recapitulación de los valores educativos.
Reparte tu pan con los hambrientos,
socorre los infelices, viste a los que sienten frío y
te sentirás más rico, dentro de las posibilidades
sinceras de tu casa.
Auxilia al que está enfermo y recibirás más
protección a tu propio equilibrio orgánico,
y aprenderás a valorar los tesoros de la salud.
La caridad es siempre mayor para aquel que la da.
El bien es multiplicado en las manos
de quien lo distribuye, elevándose
en dirección al Cielo, así como la fuente que
se derrama en beneficio de todos,
crece indefinidamente camino del mar.
No te olvides de ayudar, donde puedas,
cuando puedas, de acuerdo con tu conciencia,
porque es de la Ley Divina:
Más recibe aquel que auxilia,
enriqueciendo la vida de luz, de alegría y de amor,
logrando así, su propio enriquecimiento.
EMMANUEL